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Radio Líder Santiago – 97.7Fm Santiago de Compostela
today16 marzo, 2024
El CHUS es el Primer hospital de Galicia en introducir la asistencia de perros en la planta de hospitalización de pediatría, con un objetivo terapéutico.
En las últimas décadas, los beneficios terapéuticos de las intervenciones con perros en el ámbito hospitalario han animado a cientos de Hospitales en todo el mundo a establecer terapias caninas para sus pacientes, y en toda España son ya varias decenas los hospitales que han desarrollado programas de actividades con animales.
Siendo conscientes de que estas prácticas utilizadas en otros centros de manera regularizada, proporcionan un apoyo positivo a los niños, permitiéndoles explorar diferentes experiencias de la mano de los perros y facilitando el juego, la empatía y la relajación a través del contacto con ellos, la Fundación Andrea, con el afán de mejorar la calidad de vida de los pequeños ingresados, ha querido promover esta importante nueva actuación, que cuenta con el apoyo y la implicación de la Gerencia del CHUS, así como de los profesionales del Servicio de Pediatría.
El Hospital Clínico Universitario de Santiago se convierte así en el primer centro de Galicia en establecer este modelo de terapias en la planta de hospitalización de pediatría, sumándose a otra veintena de hospitales en toda España que ya reconocen los beneficios de programas con estas actividades.
El proyecto impulsado y sufragado íntegramente por la Fundación Andrea, se ha puesto en marcha con la colaboración e implicación de la entidad ‘Só lles falta falar’ dirigida por María Sabell, especialista en conducta animal, con más de 20 años de experiencia en el terreno, quien dirigirá y coordinará cada una de las visitas de los perros al hospital.
El objetivo de esta iniciativa es proporcionar un apoyo positivo a los niños, mediante la estimulación afectivo-emocional, ofreciéndoles la posibilidad de explorar diferentes experiencias de la mano de los perros, reforzando la empatía y la relajación a través del contacto con los animales y buscando un beneficio en el proceso de hospitalización de los menores ingresados.
Las sesiones, que se realizarán con carácter semanal a lo largo de todo el año, se efectuarán siempre con la asistencia de miembros del equipo de voluntariado de la Fundación Andrea y estarán dirigidas a todos los niños ingresados en la planta de pediatría que deseen asistir.
Las actividades de carácter grupal, contarán con la presencia de un máximo de cuatro perros por sesión, y se realizarán en dos sesiones consecutivas en las que los perros serán relevados. Irán siempre acompañados de su guía y dirigidos por la coordinadora, María Sabell.
En las visitas, los niños podrán interaccionar ampliamente con los perros, pasearlos, acariciarlos, descubrir los trucos que ellos conocen, lanzarles juguetes o simplemente compartir tiempo con ellos. Miembros del Servicio de Pediatría estarán además presentes en estas sesiones, en las que se intentará sacar el máximo partido de las actividades, que podrán ser adaptadas a las necesidades individuales de cada niño.
Motivación
El impacto de los perros en el estado de ánimo de niños y de adultos es indudable. En momentos de cambio importantes, el perro representa un papel muy importante como elemento estabilizador. Diversos estudios señalan que las actividades con perros pueden favorecer el estado de ánimo de los niños, reducir la monotonía del tiempo durante el ingreso hospitalario, fomentar la auto regulación emocional y conductual, y facilitar un punto de partida de cara a la autonomía personal y a la autoestima durante y después de la estancia hospitalaria.
Los perros pueden ayudar a los niños a afrontar actividades estresantes, como la realización de pruebas o el propio proceso de hospitalización, mostrando una influencia marcada en el sentimiento de seguridad que genera una percepción positiva de situaciones potencialmente estresantes. Las actividades de terapia con la ayuda de un animal se utilizan de manera reglada en programas hospitalarios pediátricos, para proporcionar ayuda emocional e incluso diversión para los niños, reorientando la atención lejos de elementos estresores.
El incremento del interés por la relación humano-animal, se basa en el potencial que ofrecen los animales domésticos de enriquecer la vida física y emocional de personas que se encuentran vulnerables por las situaciones que atraviesan (Cirulli, Borgi, Berry, Francia, y Alleva, 2011). Disminuir la ansiedad repercutirá directamente en la disponibilidad del niño para interactuar con el entorno (Cirulli, et al., 2011).
El perro es además un elemento facilitador en la intervención de salud. Algunas teorías señalan que el uso de un animal en terapia puede ser ampliamente beneficioso ya que los animales ofrecen una tendencia natural a crear relación con las personas (Melson, 2003; Kruger y Serpell, 2006). El animal provee una atmosfera segura; sin embargo, son los profesionales y técnicos los que aprovechan las características del animal para producir efectos a partir del diseño de actividades y programas novedosos, cuyo resultado se evidencia en la calidad de la experiencia del paciente y que además, demuestran efectos preventivos. Para lograr obtener beneficios de las terapias asistidas con perros, los animales deben poseer una aptitud adecuada, ser introducidos en las instalaciones apropiadas, y estar dirigidos por profesionales formados.
A través de las actividades programadas se favorece que los niños puedan ejercer el control permitiéndoles realizar algunas elecciones (qué perro escoger, a qué juego jugar, etc.) para poder compensar la falta de control en otras áreas de la hospitalización. El juego también permite al niño expresar, controlar y hacer frente a la ansiedad, miedos y conflictos relacionados con la experiencia en el hospital (Kaminski, Pellino, y Wish, 2002). Dichos autores sugieren que la vida de un niño dentro del hospital debe ser lo más normal posible y que los programas de soporte emocional (Child Life) incorporados en un hospital benefician tanto al paciente como a su familia. Incluir animales dentro de estos programas puede influir positivamente en los resultados emocionales del niño, propiciando la comunicación con el usuario y fomentando el juego a través del animal. Asimismo, utilizar un animal terapéutico disminuye el aburrimiento y aumenta la participación del niño. El uso de un animal de terapia podría proporcionar la distracción necesaria y el compañerismo con otros pacientes pediátricos. Los animales podrían hacer del ambiente hospitalario un lugar más hogareño y promover la recuperación.
«Só lles falta falar» sigue el modelo ASISTANCE DOGS UK, para garantizar la idoneidad de los perros mediadores de soporte terapéutico, físico o emocional. La Asociación tiene un claro recorrido en el ámbito didáctico y pedagógico, realizando trabajos específicos y adaptados a las necesidades de usuarios de distinta tipología: personas con discapacidades, con trastornos mentales, en situación de dificultad de integración en el entorno social, y abarcando los ámbitos sociales, educativos y de intervención psicológica. La asociación cuenta con 39 perros para soporte terapéutico que cumplen con las normativas higiénico sanitarias vigentes en la ley de protección animal: Ley 4 del 3 de octubre de 2017 (DOG 194).
Escrito por Líder Redacción
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