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«Nos están robando en el centro de Santiago y nadie hace nada»: clamor vecinal ante la inseguridad en Santa Marta

today30 octubre, 2025

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  • Ángel, un vecino del barrio compostelano de Santa Marta, relata su experiencia tras sufrir un robo en su vivienda y su coche en menos de un año. Denuncia la falta de respuesta institucional y la creciente sensación de inseguridad: “Vivo rodeado de edificios, y aún así entran como si nada”.

Redacción, 30 de octubre de 2025.- Lo que parecía una tranquila mañana de otoño se convirtió en un nuevo episodio de desesperación para Ángel, vecino de Santa Marta, uno de los barrios más céntricos y poblados de Santiago de Compostela. “Saltaron el muro de mi casa, abrieron mi coche, se llevaron la documentación y las llaves de casa de mis padres”, relató en directo, aún en shock tras hablar con la policía. “No es la primera vez que me pasa. En menos de un año, ya he sufrido varios robos”.

La situación, lejos de ser un hecho aislado, refleja lo que muchos residentes de la zona consideran una oleada silenciosa de robos y actos delictivos, amparada por una aparente falta de vigilancia y de respuesta eficaz por parte de las autoridades. “Hace nueve meses me desvalijaron la casa: tres pantallas, relojes, objetos personales… Lo más inquietante es que lo hicieron con una tranquilidad pasmosa, pasando todo por encima del muro”, denuncia Ángel.

Según su testimonio, los hechos no se limitan a su vivienda. “Mi vecino, puerta con puerta, también sufrió un intento de robo hace apenas tres meses. Saltaron el muro y rompieron una ventana. No llegaron a entrar porque era una ventana de seguridad”. El patrón se repite: los robos se producen en fines de semana o momentos puntuales de ausencia, lo que lleva a Ángel y a otros residentes a sospechar que los delincuentes vigilan las rutinas de los vecinos para actuar con precisión. “Puede parecer una teoría, pero ya es demasiada coincidencia. Siempre que nos vamos, alguien entra”, reflexiona.

La impunidad como norma

Una de las mayores preocupaciones de Ángel no es solo el hecho de haber sido víctima de robos, sino la sensación de impunidad con la que actúan los delincuentes. “Vivo en el centro de la ciudad, rodeado de edificios. Saltar un muro visible para todos y llevarse televisores de 70 pulgadas no parece preocuparles lo más mínimo”, afirma, visiblemente frustrado. “Actúan con total soltura. Y mientras, los vecinos vivimos con miedo”.

Esa sensación de inseguridad no se limita al ámbito privado. Ángel relata un suceso reciente que considera especialmente alarmante: “Hace tres semanas, a las ocho y media de la tarde, había tres drogodependientes fumando heroína en el parque infantil. Les pedí que se marcharan, no me hicieron caso y tuve que llamar a la Policía”. Aunque finalmente se personó una patrulla, Ángel considera que la respuesta institucional es claramente insuficiente. “Se habla de un solo agente local patrullando Santiago. ¿Dónde están mis impuestos? ¿Dónde está la seguridad que se nos promete?”.

Críticas a la versión oficial

Las declaraciones del Ayuntamiento tampoco han ayudado a calmar los ánimos. “Escuchar a la señora alcaldesa decir que estos son casos puntuales me enerva aún más. ¿Puntual? Si en mi edificio han entrado tres veces en nueve meses… ¿cómo llamamos a eso?”, critica. Según Ángel, lo más frustrante no es solo el daño material, sino la sensación de que las denuncias no generan ninguna acción efectiva: “Toman huellas, hacen un informe, pero no se sabe nada más. Mientras tanto, seguimos igual o peor”.

Ángel no oculta su enfado: “Estoy muy cabreado. No soy miedoso, pero esto es incómodo, no es la vida que quiero. No me siento protegido”. Su crítica alcanza a todos los niveles: desde la falta de recursos policiales hasta la actitud política. “Cuando vea el próximo anuncio de la Agencia Tributaria diciendo que mis impuestos vuelven, me acordaré de que lo que no vuelve es la seguridad de mi barrio”, ironiza.

Una ciudad que se transforma

Con décadas de residencia en la zona, Ángel recuerda una Compostela diferente. “Siempre viví en Santa Marta. Antes en un piso, ahora en una casa. Pero la situación ha empeorado muchísimo”. Lo que antes era un barrio tranquilo, hoy se percibe como un espacio vulnerable: “No es solo inseguridad, es la sensación de abandono. No puede ser que entres en tu coche y esté todo revuelto, que te roben en tu casa, que veas a gente drogándose junto a un parque infantil, y no pase nada”.

Pese a todo, Ángel no pierde del todo la esperanza. “Cuento esto porque quiero que se haga algo. No podemos resignarnos. Esta ciudad merece algo mejor”, concluye.

Escrito por Líder Redacción

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