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A la intemperie: Vecinos de A Rocha languidecen esperando un bus que nunca llega

today24 septiembre, 2025

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  • El barrio compostelano sufre el abandono de la Línea 5, con usuarios vulnerables expuestos a la lluvia y sin soluciones a la vista hasta 2027

La paciencia de los vecinos de A Rocha, en Santiago de Compostela,  se ha agotado. La Línea 5 de transporte urbano se ha convertido en el símbolo de un servicio público decadente, donde la falta de voluntad política y la inoperancia condenan a los usuarios a una espera interminable, literalmente a la intemperie. La reivindicación es clara: exigen al gobierno municipal una solución inmediata al pésimo servicio y la instalación de una marquesina, aunque sea provisional, que proteja a los viajeros.

La realidad diaria en la parada de A Rocha es un viacrucis. Mayores con sillas de ruedas, personas con muletas, padres con niños pequeños y trabajadores se ven obligados a hacer frente al sol, la lluvia o el frío sin ningún tipo de resguardo. Pero el problema de fondo es aún mayor: la incertidumbre de si el autobús llegará finalmente. «Autobuses que no llegan, ausencia de marquesina y un sinfín de problemas», resumen los afectados, quienes señalan directamente a la «poca voluntad política y la escasa capacidad para encontrar alguna solución».

Esta situación no es solo una molestia, sino un grave problema de accesibilidad y dignidad para colectivos vulnerables. Esperar se convierte en «toda una hazaña que no garantiza que el bus llegue», una lotería que juegan a diario quienes dependen de este servicio para acudir al médico, al trabajo o al colegio.

Una solución a muy largo plazo

Ante las quejas, la respuesta de las autoridades parece lejana y burocrática. Un comunicado del gerente de Tussa, José Ramón Mosquera, ha confirmado las peores previsiones de los vecinos. La empresa concesionaria indica que tanto la ansiada marquesina como una mejora integral del servicio «llegarán con la nueva licitación del transporte urbano».

Esta promesa, que en el mejor de los casos no se materializaría hasta 2027, deja a los usuarios en un limbo de cuatro años más de abandono. Mientras la administración y la empresa se escudan en los plazos de los procedimientos, la vida en A Rocha sigue paralizada en una parada de bus.

La espera bajo la lluvia continúa

El mensaje del barrio es unánime: no pueden esperar hasta 2027. La instalación de una estructura provisional es una demanda de sentido común que paliaría de inmediato una de las carencias más evidentes. Mientras el gobierno de Sanmartín y Tussa debaten sobre pliegos y licitaciones, los vecinos, con sus mayores y sus hijos a la cabeza, seguirán esperando bajo la lluvia, preguntándose no solo cuándo llegará el próximo autobús, sino cuándo llegará, por fin, una solución real a su barrio.

Escrito por Líder Redacción

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