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CompoSala, el renacer del fútbol sala en Santiago con dos ascensos en dos temporadas

today20 mayo, 2025

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Redacción, 10 de mayo de 2025.- En un momento en que el deporte local parece buscar nuevos referentes, el fútbol sala compostelano encuentra en el CompoSala una historia de ilusión, compromiso y crecimiento acelerado. Con apenas dos años de vida, el club ha logrado un hito que muy pocos pueden igualar: dos ascensos en dos temporadas, alcanzando recientemente la Tercera División nacional.

Ascenso por temporada, que no es nada fácil”, reconoce Gabi Rama, vicepresidente y entrenador del club, en una entrevista concedida a Radio Líder Santiago. Pero lejos de la euforia, sus palabras transmiten mesura, humildad y un plan claro: crecer sí, pero siempre con los pies en la tierra.

El nacimiento de CompoSala no fue casual. Fue, más bien, la consecuencia lógica de un vacío que dejó la desaparición del histórico Santiago Futsal. “Después del Lobelle y el Santiago Futsal, la ciudad se quedó huérfana”, explica Gabi, que conoce bien esa historia: fue segundo entrenador del extinto equipo compostelano. Junto a él, en la actual directiva están Dani Blanco, presidente y capitán del equipo, y Antón Arnejo, también exjugador del Santiago Futsal.

Nos dimos cuenta de que algo teníamos que hacer para devolverle a Santiago lo que el fútbol sala nos había dado. Estuvimos un año planificando bien el proyecto. No queríamos hacerlo con prisas”, recuerda.

Así surgió CompoSala en 2023. Y desde entonces, todo ha sido crecimiento: en resultados, estructura, impacto local y sobre todo, en ilusión.

El ascenso reciente a Tercera División no es solo un resultado deportivo: es la confirmación de un proyecto que, sin apenas recursos, ha logrado ilusionar a una ciudad entera.

Éramos los recién ascendidos y partíamos como favoritos. La presión estaba ahí, pero la llevamos con naturalidad”, explica Gabi. Y no es para menos: la plantilla está compuesta por jugadores con experiencia en Segunda División y Segunda B, lo que eleva notablemente el nivel competitivo del equipo.

Además, CompoSala se ha clasificado para la Copa Galicia, un reto ilusionante en la pretemporada que les permitirá medirse con equipos de categorías superiores: “Nos gusta soñar con jugar contra un Segunda o un Segunda B. Sería algo bonito para la ciudad”.

Pero el éxito deportivo convive con dificultades estructurales. El pabellón de Santa Isabel, considerado “casa” por el club, está en obras y no estará disponible, según las previsiones, hasta febrero o marzo del próximo año.

Este año va a ser subsistir, porque no sabemos dónde vamos a jugar. Queremos entrenar y competir en el mismo lugar, pero no tenemos aún ese espacio definido”, lamenta Gabi, quien descarta instalaciones como el pabellón de Sar por su tamaño y falta de ambiente: “Jugar en Sar con 300 personas sería desangelado”.

“Aquí no cobramos nada”

Quizá el aspecto más llamativo del proyecto CompoSala es su austeridad radical. La directiva y el cuerpo técnico no perciben salario alguno. “Yo soy entrenador y directivo, y gano cero euros”, dice sin rodeos Gabi. “Si tuviéramos que pagar un entrenador externo, no podríamos subsistir”.

El club no ha recibido subvenciones del Concello de Santiago, en parte por ser una entidad de reciente creación y también, reconoce Gabi, por “despiste administrativo”: “El año pasado se nos pasó la convocatoria. Nadie nos avisó. Cuando miramos, ya estaba cerrada”.

Así, el presupuesto —ajustado al máximo— se mantiene con recursos propios y ayuda de colaboradores. Los desplazamientos a partidos por toda Galicia se hacen en coches particulares. “Un patrocinador sería como agua de mayo”, señala, haciendo un llamado a empresas locales: “Hay hueco en la camiseta, solo hace falta llegar a un acuerdo”.

Más allá del primer equipo, CompoSala ha experimentado un crecimiento notable en su estructura de base: han pasado de tener 4 equipos en su primer año a 14 en el segundo, sumando ya 180 personas entre jugadores, técnicos y personal de apoyo.

Es un motivo de orgullo. Queremos ser algo importante para Santiago, no solo por el primer equipo, sino también por formar a los niños y niñas”, afirma.

Aunque la asistencia a los partidos todavía no alcanza grandes cifras, Gabi detecta señales de que la afición está respondiendo: “Este año hubo partidos normales con 150 o 200 personas. En los derbis, Santa Isabel estuvo lleno”.

Sabe que recuperar la conexión emocional con el público es una tarea lenta pero posible: “Santiago siempre tuvo fieles muy fieles, pero cuesta enganchar. Hay que ofrecerles algo que merezca la pena”.

Con la Tercera División ya asegurada, el próximo paso es consolidar la categoría, aunque Gabi no oculta su ambición: “Como entrenador te diría que vamos paso a paso, pero como vicepresidente, mi objetivo es jugar el playoff de ascenso. Queremos volver a llenar Santa Isabel”.

CompoSala es, en palabras del propio Gabi, una historia movida por la ilusión. Sin grandes presupuestos, sin ayudas públicas, pero con trabajo, compromiso y una profunda conexión con la historia del fútbol sala compostelano.

En solo dos años, han sembrado una semilla poderosa. Y si el viento sopla a favor —y llegan los apoyos necesarios— es probable que dentro de poco, Santiago vuelva a vibrar como en los tiempos del Lobelle y del Santiago Futsal.

Escrito por Líder Redacción

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