Doce años del caso Asunta: un crimen que aún envuelve a Santiago en misterio

Hace ya doce años, la madrugada de un domingo de septiembre se tiñó de tragedia en Galicia. El cuerpo sin vida de una niña de rasgos asiáticos fue hallado por dos hombres en una pista forestal de Teo, a escasos kilómetros de Santiago de Compostela. Mientras tanto, sus padres adoptivos denunciaban su desaparición en la comisaría compostelana. Sin embargo, la actitud de ambos pronto llamó la atención de los agentes: un comportamiento extraño, demasiado calculado y con tintes de teatralidad.

La historia dio un vuelco pocas horas después. Rosario Porto, madre adoptiva de la pequeña Asunta, fue detenida. Tenía 44 años, pertenecía a una de las familias más conocidas y respetadas de Santiago y había ejercido como abogada. La noticia dejó estupefacta a toda la sociedad gallega. Al día siguiente, también fue arrestado su exmarido, Alfonso Basterra, periodista vasco afincado en la ciudad.

Lo que parecía imposible se convirtió en realidad: los propios padres adoptivos estaban acusados de dar muerte a la niña que habían traído desde China. El caso se convirtió de inmediato en uno de los sucesos más mediáticos de la última década en España, copando tertulias televisivas, portadas y debates interminables sobre el motivo de un crimen tan atroz.

En 2015, ambos fueron condenados a 18 años de prisión. Rosario Porto nunca cumplió íntegra su condena: en noviembre de 2020 se suicidó en la cárcel de Brieva, llevándose consigo incógnitas que jamás llegaron a aclararse. Alfonso Basterra, por su parte, continúa en prisión, sin que su testimonio haya logrado disipar las dudas.

A día de hoy, el caso Asunta sigue marcado por un enigma central: ¿por qué unos padres aparentemente ejemplares decidieron acabar con la vida de su hija? Se han barajado hipótesis de todo tipo —desde posibles abusos hasta secretos familiares nunca confirmados—, pero ninguna ha satisfecho a la opinión pública.

Doce años después, el asesinato de Asunta Basterra continúa siendo un misterio sin resolver, un episodio que Galicia y España recuerdan con incredulidad y que probablemente nunca llegue a tener una respuesta definitiva.