AD

Actualidad

Ghaleb Jaber Ibrahim, el pionero que trajo la primera parabólica a España y conquistó el audiovisual gallego

today12 diciembre, 2025

Fondo
share close
AD

A sus 56 años en Galicia —y con toda una vida tejida entre Oriente y Occidente—, Ghaleb Jaber Ibrahim recibe uno de los reconocimientos más significativos del sector audiovisual español: el Premio Talento 2025 de la Academia de Televisión y de las Ciencias y las Artes del Audiovisual, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid y la Madrid Film Office.
El galardón, que se entregará hoy viernes en el Auditorio Caja de Música del Palacio de Cibeles, distingue “una trayectoria de más de cuatro décadas dedicada al desarrollo del audiovisual, la innovación empresarial y la formación de profesionales”.

Me comunicaron que me reconocen los 42 años de trayectoria como fundador de CTV, la productora número uno de Galicia”, comenta Jaber con humildad. “Prácticamente nacimos antes que la Televisión de Galicia. Hemos trabajado mucho, pero sobre todo, hemos formado a mucha gente”.

De refugiado a empresario visionario

La historia de Ghaleb Jaber Ibrahim comienza lejos de Compostela. Nacido en Palestina, vivió los años difíciles de la guerra y el exilio. “En los setenta éramos estudiantes refugiados. No teníamos para comer”, recuerda con serenidad. Su primera experiencia en el mundo audiovisual fue como actor en Flor de Santidad (1972), dirigida por Adolfo Marsillach. “Me pagaban 200 pesetas al día… y se marcharon sin pagarme”, confiesa entre risas. “Veinte años después, cuando me ofrecieron otro papel, les pedí antes mil pesetas. No por la entrevista, sino por las 200 que me debían”.

Aquel humor y resiliencia lo acompañaron siempre. Su llegada a Galicia marcaría el inicio de una vida polifacética. Médico de formación, completó estudios de empresa, ciencias políticas y se doctoró en periodismo. “Soy inquieto. Estudié medicina, pero terminé siendo periodista. Sin embargo, sigo siendo médico… jubilado, pero médico al fin y al cabo”.

Plató 1000

CTV y el hotel Araguaney: pioneros del audiovisual gallego

En 1984 fundó CTV (Compostela Televisión), que pronto se convertiría en la productora más veterana y consolidada de Galicia. “CTV nació antes que la Televisión de Galicia. Éramos un grupo de empresas dirigidas por una fundación sin ánimo de lucro, orientadas no solo a generar economía, sino también a formar personas”, explica.

Ese mismo año inauguró el Hotel Araguaney, símbolo de modernidad y cultura en Santiago de Compostela. “Fuimos los primeros en España en instalar una antena parabólica. Venía gente de Valladolid y de toda España para ver los partidos internacionales”, recuerda. “Amortizamos la instalación en la primera noche; cobrábamos entrada y retransmitíamos los partidos en directo”.

De aquellas iniciativas nacieron proyectos legendarios: Noite Meiga, Supermartes, Galicia Inédita… miles de horas de producción televisiva. “CTV es un equipo de gente. Hemos trabajado juntos desde el primer programa hasta el último. Lo importante es el grupo humano”, subraya. “Cada día hay que hacer algo nuevo. A mí lo que no me gusta es la falta de vida. La vida es acción, no palabras”.

Ghaleb Jaber y Helena Pombo, en la mesa de direción del Supermartes

El hombre que soñaba con satélites y doblajes

Ghaleb Jaber recuerda con humor la confusión que dio nombre a su primer plató de doblaje: “Lo llamamos Plató 1000. A veces llamaban camioneros preguntando si podían comer allí porque creían que era ‘plato’ a mil pesetas”. A partir de entonces, no dejó de innovar. “Monté el primer estudio de doblaje en los camerinos de la discoteca del hotel. Doblábamos desde Casablanca hasta producciones internacionales”.

Su capacidad de adelantarse a los tiempos fue clave: la televisión local, los satélites, los estudios de sonido, la diversificación de empresas. Todo formaba parte de una misma visión: crear, comunicar y conectar. “Mi abuelo me enseñó que no hay que mirar a los zapatos mientras caminas, sino al horizonte. Yo siempre intenté saber dónde piso, pero mirando lejos”.

Palestina, Galicia y el valor de las raíces

Su relación con Galicia es profunda y simbólica. “Soy palestino y gallego. Serví a Galicia como a Palestina. Aquí he vivido más de medio siglo y mis hijos nacieron aquí”, declara con orgullo.

El olivo, dice, representa su identidad: “El olivo es el árbol nacional de Palestina. Si no cuidas las raíces, el viento puede torcerte. Pero si estás bien de raíces, puedes dar frutos, sombra y madera. Así somos las personas”.

Sobre el conflicto en su tierra natal, mantiene una mirada humanista: “La causa palestina es la causa de la humanidad. Es la fuerza del derecho, no el derecho a la fuerza”.
Me entristece el envidioso, porque sufre por mí. La vida es un suspiro, demasiado corta para tener resentimientos. Hay que perdonar siempre”.

El valor de la palabra y la cultura mediterránea

Aunque ha trabajado toda su vida en televisión, Jaber confiesa una pasión especial por la radio: “Siempre me gustó la radio. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero yo creo que una palabra puede crear mil imágenes. El milagro está en la palabra”.

Su pensamiento cultural es tan firme como inclusivo: “No existen civilizaciones separadas. La cultura es conocimiento, información, procesamiento y transmisión. La única cultura que reconozco y disfruto es la mediterránea, que une Europa, África y Asia”.

Rechaza el discurso de la “civilización judeocristiana” como concepto excluyente: “Eso es una mentira de quienes no entienden la cultura. Los árabes trajeron la ciencia, la filosofía y el ajedrez. Durante siglos fueron transmisores del saber”.

Reconocimiento a una vida de acción

El Premio Talento 2025 es, en palabras de Jaber Ibrahim, “un reconocimiento colectivo”. “Es para todo el sector audiovisual gallego, para mis compañeros y competidores, porque todos somos una familia. Cuando a Televisión de Galicia le va bien, a mí también me va bien”.

Su legado trasciende el audiovisual: es una lección de perseverancia, curiosidad y compromiso. “Las palabras no construyen puentes. Los proyectos se hacen haciendo”, repite. Una filosofía que ha guiado su vida entre cámaras, ideas y sueños.

Y con humor, cierra la entrevista evocando su amistad con Manuel Fraga e incluso imitándolo: “Empezamos discutiendo en la prensa y terminamos cenando juntos con Arafat. Me decía: ‘Ghaleb, usted es un gallego más’. Y tenía razón”.

Escrito por Líder Redacción

Comentarios de las entradas (0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *