La activista Sandra Garrido llega a Santiago tras su detención en la flotilla hacia Gaza

A su llegada a Compostela, fue recibida entre aplausos por medio centenar de personas, entre las que se encontraba la alcaldesa Goretti Sanmartín, y criticó que “los gobiernos siguen permitiendo que esto pase”.

La activista gallega Sandra Garrido regresó este martes a Santiago de Compostela tras su participación en la flotilla humanitaria rumbo a Gaza, una expedición internacional que fue interceptada por las autoridades israelíes en aguas internacionales. “Nos trataron fatal. Los gobiernos siguen permitiendo que esto pase”, denunció Garrido visiblemente emocionada ante las decenas de personas que la esperaban en la estación de tren compostelana.

Cerca de medio centenar de personas recibieron a la activista entre aplausos, pancartas y gritos de “Palestina vencerá”, en un acto espontáneo de bienvenida y apoyo. Sandra Garrido, junto con otros 49 activistas de diferentes nacionalidades, había zarpado como parte de una misión civil para romper el bloqueo sobre la Franja de Gaza y entregar ayuda humanitaria a la población palestina.

Según relató, fue detenida por el ejército israelí junto a sus compañeros y trasladada a prisión, donde permaneció varios días antes de ser deportada. “No hubo respeto alguno por los derechos humanos. Se nos trató como criminales por intentar ayudar”, aseguró, recordando los momentos de tensión vividos durante la interceptación del barco.

Durante su intervención, Garrido anunció que los colectivos solidarios con Palestina convocarán una huelga general el próximo 15 de octubre en todo el Estado español, como “un paso más para exigir el fin de la impunidad y de la ocupación”. Además, adelantó que seguirán organizándose nuevas flotillas y acciones humanitarias, tanto por mar como por tierra y aire, “hasta que se rompa el bloqueo”.

La activista comparecerá en los próximos días junto al también participante Manu López para ofrecer una rueda de prensa en la que detallarán su experiencia y las condiciones de su detención. “Queremos que se sepa lo que ocurre allí y que nadie mire hacia otro lado”, concluyó Garrido, entre abrazos y muestras de cariño del público presente.