La otra cara de la juventud gallega: ‘Mientras otros salen de fiesta, yo pesco al amanecer’

• Con solo 19 años, el compostelano Carlos Grille ha convertido su pasión por la pesca en un fenómeno en redes sociales. Desde su proyecto Fishing Galicia, promueve la captura y suelta, la sostenibilidad marina y el respeto por el medio natural entre los jóvenes gallegos.

En el puerto de Muros, un niño de siete años miraba con curiosidad cómo un anciano lanzaba la caña. Sin saberlo, ese gesto marcaría su vida. “Aquel hombre me hizo una seña para que me acercara y me dejó su caña para sacar un pez. Desde ese día supe que quería pescar para siempre”, recuerda Carlos Grille, hoy con 19 años, compostelano y creador del proyecto Fishing Galicia, que ya reúne a más de 26.000 seguidores en Instagram.

Desde aquel “flechazo en el puerto”, como él mismo lo llama, la pesca se convirtió en su pasión y su refugio. Su madre fue su primera acompañante —aunque, admite, “no le gusta nada pescar, pero venía conmigo igual”—. Con el tiempo cambió los cebos vivos por señuelos artificiales, más éticos y sostenibles: “Antes pescaba con gusanos, pero ahora solo uso señuelos. Me resulta más limpio y me permite practicar la captura y suelta.”

Grille practica una modalidad llamada rock fishing —pesca desde rocas— que, explica, “no busca peces grandes, sino la emoción de la lucha y la variedad de especies. Lo bonito está en el desafío, no en el tamaño.” Suele salir al mar “a las seis y media de la mañana, y en verano incluso a las cuatro”. En jornadas que duran más de diez horas, se enfrenta a mareas, viento y rocas resbaladizas, siempre con respeto hacia el mar: “La pesca es paciencia, dedicación y conexión con el entorno. Cuando estoy pescando, siento una paz total.”

Sin pretenderlo, su forma de compartir vídeos, consejos y reflexiones sobre pesca ha convertido a Fishing Galicia en un referente entre los jóvenes gallegos. “No me considero influencer, soy un pescador más que comparte experiencias.” Pero su influencia es evidente: cada día, decenas de chicos y chicas se animan a seguir su ejemplo y descubrir el mar desde una mirada responsable.

“Se nota que la gente joven empieza a interesarse más por la pesca. En redes veo muchos chavales que prueban con señuelos, algo que antes no pasaba.” La clave, dice, está en el respeto y la educación ambiental: enseñar que pescar no es solo atrapar, sino comprender el equilibrio del ecosistema.

Grille aprovecha su altavoz para defender la pesca sostenible y denunciar las amenazas que afronta el sector recreativo. “Hay que respetar las tallas mínimas. Si nos llevamos peces que aún no se han reproducido, nos estamos llevando también su futuro.”

Entre la normativa y la pasión

El joven pescador también sigue con atención la nueva legislación que afectará a los pescadores recreativos en España a partir del 10 de enero de 2026. “Vamos a tener que declarar todas las capturas, incluso si las soltamos. Eso genera polémica, sobre todo entre la gente mayor, que no maneja móviles o aplicaciones.”

Una de las medidas más discutidas es la posible prohibición de pescar lubina —una de las especies más buscadas en Galicia—. Grille lo considera injusto: “Si realmente hay pocas lubinas, deberían poner una veda temporal para todos, también para los profesionales. No tiene sentido que se prohíba solo a los recreativos.”

El decreto también obligará a marcar los peces y cefalópodos capturados para evitar la comercialización ilegal: “Tendremos que cortar la aleta caudal a los peces o una de las alas en los cefalópodos. Todo tendrá que declararse telemáticamente.”

Aunque asume que la regulación es necesaria, teme que el exceso de burocracia desanime a nuevos aficionados: “Lo ponen por algo, claro, pero deberían hacerlo más accesible y justo.”

Carlos sabe que la exposición pública tiene un precio. “Cuando empecé no sabía lo que me exponía. Llegaron insultos, burlas, comentarios despectivos.” Sin embargo, ha aprendido a afrontarlo: “En redes hay de todo. Algunos te preguntan por qué pesco peces pequeños, como si eso fuera menos valioso. Pero yo disfruto más así.”

No compite en torneos —“por suerte, no”, dice entre risas—, pero sí colabora con marcas del sector y mantiene su cuenta de suscripción en pausa mientras estudia un ciclo de Formación Forestal en el CFA de Sergude. Su objetivo es seguir aprendiendo y compatibilizar su vocación con la naturaleza.

“No sé qué pasará con las redes sociales, la vida da muchas vueltas, pero con la pesca voy a seguir siempre”, asegura. Cuando se le pregunta qué le aporta pasar tantas horas junto al mar, no duda: “Es relajación, tranquilidad. Hay días en que no pesco nada, pero me voy igual de feliz.”

Desde su Galicia natal, Grille combina la tradición pesquera con una visión moderna, consciente y ecológica. En un mundo donde las pantallas dominan el tiempo libre, su mensaje cala hondo: reconectar con la naturaleza, respetar los ciclos y encontrar belleza en la paciencia.