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«No pago a nadie por convenio, un cocinero cobraría 1.250 euros, con eso no se vive»

today27 marzo, 2024

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Durante los días festivos de Semana Santa, el restaurante compostelano A Curtidoría se prepara para recibir a los amantes de la buena comida desde temprano, abriendo sus puertas a partir de las 9 de la mañana y ofreciendo su exquisito Manhattan Brunch hasta las 14 horas. Esta iniciativa, liderada por Borja Portals, propietario del establecimiento, busca ofrecer a sus comensales una experiencia gastronómica única y relajada en la capital gallega.

Sin duda, uno de los mejores momentos de las vacaciones es levantarse sin despertador, aprovechar que tienes todo el día por delante para desayunar sin prisas, darse un capricho y despreocuparse de horarios, es por ello que, inspirados en el formato anglosajón, el popular empresario se ha decidido a recuperar el Manhattan Brunch, disponible durante los días festivos de Semana Santa y los fines de semana posteriores, para que los clientes puedan disfrutarlo pausadamente.

El brunch promete deleitar los paladares con una selección de bollería francesa, mimosas, huevos benedict y frutas frescas recién cortadas. «Es como disfrutar de un brunch en los locales de Nueva York, una experiencia que queremos traer a Santiago», aseguraba Portals en la presentación de tan suculenta cita gastronómica.

El cambio en las rutinas y horarios, especialmente a raíz de la pandemia, ha impulsado este tipo de iniciativas. «Ahora tiene todo el sentido, hemos adelantado significativamente los horarios y dedicar tiempo a la primera comida del día se ha convertido en un auténtico placer», explica el gerente de A Curtidoría.

Borja Portals, quien participó recientemente en el programa Vive Santiago con Álvaro Veiga en la radio local de Santiago (97.7 FM), lleva más de 20 años en el sector hostelero. Con una amplia trayectoria profesional, actualmente dirige no solo A Curtidoría, sino también una casa de turismo rural en Esteiro (Muros), dos hoteles con encanto en la zona vieja de Santiago y un negocio de catering. Su amor por la profesión y su arraigo en la ciudad lo convierten en un referente en la escena gastronómica compostelana.

Este empresario es consciente de que «la vida ha subido, los gastos han subido, la compra se ha encarecido», es por ello que confiesa «no pago a nadie por convenio» ya que un cocinero cobraría 1250 euros, con eso nadie llega a final de mes, «es normal que te digan que no pueden porque no son capaces de sobrevivir». Además «el tema de la conciliación es muy difícil, los horarios son duros», apunta. Tengo empleados que llevan conmigo 15 y 20 años que se dejan la vida por mi casa. «Deberíamos mirarnos el ombligo y ver qué parte de culpa tenemos los empresarios», concluye.

Entrevista completa en el siguiente enlace.

Escrito por Líder Redacción

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