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La doctora Teresa Blanco: “La medicina estética debe hacernos sentir mejor sin dejar de ser nosotros mismos”

today2 diciembre, 2025

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  • La doctora Teresa Blanco, especialista en medicina estética en la Clínica Blanco Ramos, defiende tratamientos naturales, personalizados y basados en rigor médico

La doctora Teresa Blanco, especialista en medicina estética, alergología y odontóloga de la Clínica Blanco Ramos, en la Rúa do Hórreo 35 de Santiago, afronta unas navidades especialmente ilusionantes. Acaba de defender su tesis doctoral en la Universidade de Santiago de Compostela y ha obtenido la máxima calificación: Sobresaliente Cum Laude. Su investigación aborda los factores genéticos que influyen en la gravedad de las reacciones alérgicas al veneno de avispas y abejas. “Hay pacientes que tienen valores más elevados de triptasa, un mediador inflamatorio, y eso puede hacer que ante una picadura el riesgo de reacción sea mayor”, explica con satisfacción y alivio tras un proceso largo y exigente.

Naturalidad y bienestar: el nuevo enfoque estético

Compagina esa labor científica con su faceta como médica estética, un área que, subraya, cada vez se vincula más al bienestar personal. “La medicina estética nos ayuda a vernos bien y a sentirnos mejor con quienes somos. No se trata de cambiar nuestra identidad, sino de acompañar a nuestra piel a lo largo del tiempo”, señala. Para Blanco, la naturalidad es el eje de un sector que ha dejado atrás los excesos del pasado. “Ya no queremos caras artificiales. Cada paciente tiene una anatomía diferente que debemos respetar. El objetivo es reconocernos siempre frente al espejo”.

La importancia de una primera consulta honesta y médica

Ese trabajo comienza en la primera visita, que considera esencial. El paciente debe sentirse seguro y tener toda la información antes de iniciar cualquier procedimiento. “Hay que preguntar qué producto se va a utilizar, con qué finalidad y cuánto durará su efecto. Me encuentro a menudo con personas que vienen de otros centros sin saber qué les han puesto ni dónde, y eso no puede ocurrir”. En su clínica, cada tratamiento queda registrado en un pasaporte de belleza, un documento que mantiene actualizado el historial del paciente, incluso si en el futuro continúa sus cuidados en otro lugar.

Los 40: un cambio en la estructura facial

Uno de los momentos clave en el cuidado de la piel llega alrededor de los 40 años, cuando se hacen más visibles los cambios fisiológicos del envejecimiento, tanto en la firmeza como en la estructura facial. La doctora Blanco lo resume de forma gráfica: “Envejecemos hacia dentro y hacia abajo. Perdemos soporte óseo, volumen en pómulos y mejillas, y la piel se vuelve más laxa”. Por ese motivo, insiste en que los tratamientos nunca son iguales para todas las personas: quienes tienen un buen soporte pero poca firmeza pueden beneficiarse de inductores de colágeno, mientras que quienes han perdido volumen necesitarán reposicionarlo con ácido hialurónico. También las líneas de expresión pueden suavizarse con neuromoduladores, especialmente cuando aún no se han marcado de forma permanente. “Dos personas de la misma edad pueden necesitar cosas completamente distintas”, recuerda.

Menopausia: cómo cambia la piel y cómo acompañarla

La menopausia supone otro punto de inflexión importante. Los cambios hormonales provocan deshidratación, pérdida de elasticidad y un comportamiento diferente de la piel frente a la cosmética que se utilizaba anteriormente. “A veces las cremas que nos han funcionado durante años dejan de hacer su efecto. La piel necesita otros cuidados y una valoración médica puede ayudar a decidir qué activos son los más adecuados en esta nueva etapa”. Para muchas mujeres, tratamientos de hidratación profunda o de mejora de la textura y luminosidad se convierten en aliados indispensables para recuperar comodidad y confianza.

Última llamada antes de Navidad

Con las fiestas navideñas cerca, aumenta el interés por verse con un aspecto más descansado en las reuniones y celebraciones propias de estas fechas. La doctora tranquiliza a quienes se plantean un tratamiento a última hora: aún están a tiempo. Los neuromoduladores logran su mejor resultado alrededor de los quince días, mientras que el ácido hialurónico ofrece un efecto visible desde el primer momento, aunque su integración total con los tejidos sea progresiva. Y hay procedimientos que mejoran el aspecto de la piel en cuestión de horas: “Una higiene facial médica o un HydraFacial devuelven luminosidad desde el mismo día. Son tratamientos flash muy adecuados para estas semanas”.

Los resultados también se cuidan

Eso sí, toda intervención debe acompañarse de hábitos saludables. Dormir bien, evitar el tabaco y mantener una buena alimentación y una rutina cosmética adaptada al tipo de piel son piezas imprescindibles para prolongar los resultados. “Todo influye”, resume.

Antes de despedirse, la doctora Blanco deja un deseo para el nuevo año: “Que aprendamos a cuidarnos por dentro y por fuera, a mejorar nuestra piel y a sentirnos mejor sin dejar de ser quienes somos”.

Escrito por Líder Redacción

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