La Hospedería de San Martín Pinario acoge el mercado de dulces monacales con más de 200 especialidades

• Hablamos con Vanesa López, responsable de la tienda, que acoge un mercado navideño único con dulces elaborados en 35 monasterios y conventos de toda España, disponibles hasta el 5 de enero o fin de existencias

La Navidad vuelve a tener sabor a tradición en Santiago de Compostela. La Hospedería de San Martín Pinario, un espacio histórico del siglo XVI, en pleno corazón de la ciudad, acoge un año más el Mercado de Dulces de Monasterio, una cita que reúne más de 200 especialidades elaboradas de forma artesanal en 35 obradores de toda España.

Hablamos con Vanesa López, responsable de la tienda instalada en el propio recinto, quien explica que esta edición llega “con mucha ilusión y con un público cada vez más fiel, que busca algo especial para su mesa navideña”. El mercado abrió el 1 de diciembre y permanecerá disponible hasta el 5 de enero o hasta que los productos se agoten, algo que, según reconoce, sucede cada año antes de lo previsto.

Entre las elaboraciones disponibles destacan panettones artesanales gallegos, turrones innovadores —como el de pistacho, té matcha o frutos rojos—, yemas tradicionales, magdalenas de convento, confituras, higos confitados y piezas tan singulares como la rosca artesanal de Ferreira de Pantón. También se incluyen licores elaborados en monasterios como el de Oseira, muy demandado en estas fechas, especialmente el popular eucaliptino.

“Son productos muy naturales, hechos con muchísimo cariño; ese es el ingrediente secreto”, asegura López. Además, recuerda que la compra de estos dulces contribuye directamente al sostenimiento de monasterios y conventos que mantienen vivas recetas transmitidas durante generaciones. Para quienes necesiten opciones específicas, la tienda ofrece productos sin gluten, sin azúcar y sin lactosa, una variedad que crece cada año.

Uno de los éxitos indiscutibles es el panettone, elaborado en Ourense y disponible incluso fuera de la temporada navideña: “Tiene una aceptación increíble; gusta muchísimo y cada vez más”, afirma la responsable.

Más allá de la oferta gastronómica, López destaca la experiencia de visitar el mercado en un entorno tan especial: “Trabajamos en un lugar con muchísima espiritualidad y la gente nos dice que somos muy afortunadas”. El espacio se completa estos días con adornos navideños, belenes y pequeños detalles, muchos de ellos seleccionados en ediciones limitadas.

En cuanto al horario, la responsable indica que será amplio y continuado, adaptado al flujo de visitantes: “Estaremos desde las once de la mañana hasta las ocho u ocho y media de la tarde”, especialmente durante el puente y, previsiblemente, durante el resto de la campaña.

Vanesa López invita a compostelanos y visitantes a descubrir este mercado tan singular: “Queremos que la gente venga a pasear por los claustros, a oler, tocar, saborear y disfrutar de un ratito agradable”. Una oportunidad única para acercarse a sabores centenarios que, en muchos casos, solo pueden adquirirse en los propios conventos de origen.