Santiago acoge la peregrinación de más de un centenar de reclusos

Liderazgo espiritual
La peregrinación estuvo encabezada por monseñor Francisco Prieto Fernández, arzobispo de Santiago, y monseñor Fernando García Cadiñanos, obispo de Mondoñedo-Ferrol. Ambos se unieron a los reclusos en un gesto de cercanía y apoyo espiritual, reflejando el compromiso de la Iglesia con las personas privadas de libertad.

Cada centro penitenciario organizó su propio tramo del Camino de Santiago, y todos los grupos se reunieron en el Monte do Gozo, desde donde emprendieron la última etapa hacia la catedral bajo una intensa lluvia. La Eucaristía, presidida por monseñor Prieto y concelebrada por monseñor García Cadiñanos, contó con la participación de un gran número de sacerdotes.

Un mensaje de esperanza
Durante la homilía, monseñor Prieto destacó la importancia de la peregrinación como un símbolo de esperanza y libertad para los reclusos. A través de sus palabras, recordó que, a pesar de la privación de libertad, este camino representa una oportunidad para renacer y construir un futuro mejor. «Que aquí en Santiago renazca la esperanza para los que buscan justicia y dignidad», expresó el arzobispo, haciendo suyas las palabras de la ofrenda al Apóstol.

Testimonios y reflexión
Tras la misa, los peregrinos se reunieron en el Monasterio de San Martín Pinario para compartir testimonios. Representantes de cada centro penitenciario hablaron sobre su experiencia en el Camino, destacando los momentos de fraternidad, esfuerzo y encuentro personal con Jesús. Juan González-Redondo, capellán del Centro Penitenciario de Teixeiro, resumió el sentir general al afirmar que todos regresaban «con las pilas cargadas de esperanza».

Acompañamiento y reinserción
Yolanda Sánchez, delegada diocesana de Pastoral Penitenciaria, valoró la experiencia como un proceso de crecimiento personal y colectivo. Además, el Director del Departamento para la Pastoral Penitenciaria de la CEE, José Antonio García Quintana, junto con el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Luis Ángel Ortiz, y el director general, Miguel Ángel Vicente, también acompañaron a los reclusos, subrayando el compromiso de la Iglesia con su reinserción social.

Este evento, que combina espiritualidad y reintegración, subraya el papel fundamental de la Pastoral Penitenciaria en la transformación de la vida de las personas privadas de libertad, brindándoles un espacio para la reflexión y la esperanza en su camino hacia la libertad.